¿Cuántas veces nos han enseñado que la vida es como una montaña? Uno sube sube y sube esforzándose, sobrellevando situaciones, redireccionándose hasta llegar a la meta y cuando llega a la meta - empieza a bajar.

Así nos vemos enfrentando constantemente en la vida circunstancias que luego de llegar a la meta, nos aburrimos, nos deprimimos, empezamos a hablar mal de los demás y hasta llegamos a "joder a los demás". Ni nosotros mismos sabemos por qué.
Mis hijas se reían de mí cada vez que yo les decía: "parece que estás sufriendo del síndrome de llegar a la meta". Y seguía con la pregunta -qué estás leyendo?" Estando en el colegio, el enfoque está en los exámenes, y su meta es pasar cada uno de ellos. Habiendo concluido la semana de exámenes o el año, empiezan inconscientemente en su mente el ahora qué. Es acá cuando esta propia frustración se convierte en aburrimiento, en chisme, en el como no sé qué hacer conmigo mismo "mejor lo externalizo". Es un proceso inconsciente en el que nos han venido socialmente programando y educando.
Otro ejemplo clásico es con respecto a la edad. Un amigo cercano llegó a visitarme muy angustiado porque su mamá se está haciendo vieja y de a poco ve cómo se va deteriorando. Para lidiar con la situación había ido a ver a un psicólogo para que le ayudara a enfrentar la realidad. El psicólogo le dijo que así es la vida, y que él también tiene que empezar a prepararse porque como ya cumplió 50 años su vida está cuesta abajo!!!.
CUESTA ABAJO? le pregunté. Pues yo creo que: una de dos - o su psicólogo es el que está cuesta abajo o está loco!!!
Yo también acabo de cumplir 50 y estoy recién empezando mi segunda adolescencia!! Cómo, segunda adolescencia?
SI, vea. Salgo con amigos, vuelvo a la hora que quiero, como me acabo de divorciar, no sé con quién voy a pasar el resto de mi vida, no sé a qué me voy a dedicar y no sé a dónde voy a vivir. Estoy en plena crisis existencial y estoy con desórdenes hormonales. No es eso TIPICA adolescencia?
La única diferencia es que tengo un poco más de experiencia y plata. Así que yo voy otra vez cuesta arriba en mi segunda adolescencia!!!!
Otro ejemplo clásico y más típico, lo vemos en los deportistas que dedican muchas horas diarias para entrenarse con el fin de llegar a las Olimpíadas y ganar la Medalla de Oro. Una vez que ganan su medalla, se preguntan.... Y ahora qué? Toda mi vida para esto? - Vemos cómo si no se reinventan y tienen nuevas metas en su vida, caen en las drogas, en depresión o como vulgarmente decimos...se pierden! La vida es una cordillera, no una montaña. Subimos, bajamos un poquito para tomar fuerzas y reacondicionamos el camino por el que vamos a subir nuevamente y así sucesivamente. Cuando bajamos o más bien paramos a hacer una pausa, es para hacer nada, solo pensar y replantearnos el recorrido a seguir.

Cuando nos ponemos una meta en nuestra vida, alimentamos el alma y tenemos una razón para vivir y disfrutar. Tenemos motivación y podemos superarnos nosotros mismo. Nos concentramos en nosotros, podemos vernos, alinearnos, mejorar y pensar cómo vamos a conseguir lo que queremos.
La pregunta que les hacía a mis hijas de qué estás leyendo, era una pregunta retórica. Lo que en verdad estaba preguntando era ¿cómo se está alimentando el alma? El primer síntoma indicador que estás sufriendo del síndrome de haber llegado a la meta, es el empezar a hablar mal de los demás. Si ese empieza a ser un pasatiempo, es hora de darle vuelta al espejo y verse uno mismo. Es muy fácil criticar y echarle la culpa a los demás y sobretodo, ver los defectos a los demás. Ese es el primer síntoma que en vez de alimentar el alma, la estoy intoxicando y la voy a enfermar. Es hora urgente de darle vuelta. Como es más difícil saber qué quiero hacer y ponerme una nueva meta inmediatamente, la lectura nos da nuevas ideas, nos lleva a otras perspectivas de vida. Pero mientras tanto, hay que dar un antídoto inmediato. Antes de decir cualquier cosa negativa, hay que decir una cosa positiva. Este es un juego muy sanador. Si vas a decir algo malo de alguien, primero hay que decir algo bueno. Si vas a criticar, primero hay que esforzarse y educar la mente a ver la parte positiva de la situación.
Esto es uno de los objetivos esenciales de Reinvéntate con Beatriz. Cuando se está sufriendo del síndrome de llegar a la meta - hay que buscar otra meta- reinventarse. No hay necesidad de dejar todo tirado y hacer algo nuevo y diferente. No se trata de cambiar las circunstancias en sí. Se trata de cambiar la manera en que se ven las circunstancias. Cuando se cambia la forma en que se ven las situaciones, las situaciones cambian de forma. No me crea, pruébelo.
La gran mayoría de las veces, es difícil saber qué se quiere cambiar, qué te gusta y qué no te gusta. Te invito a experimentar las herramientas que usamos Points-of-You y Punctum. Te ayudarán a cuestionarte y a encontrar tus propias respuestas.
Lo pueden comprar y jugar solos en la casa, con tus amigos, o en cualquiera de las experiencias vivenciales, talleres o sesiones que ofrecemos.
Vos elegís. Nadie más que vos mismo, puede encontrar estas respuestas.
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