Reinvéntate con Beatriz

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lunes, 25 de enero de 2016

Buscando campo fértil


Mi objetivo al escribir es expresar mi punto de vista de ciertos temas que para mí han sido de gran ayuda.  A través del tiempo aprendí que una sola palabra puede transformar mi sentir y mi vivir, y más aún puede guiarme a un camino de luz en vez de seguir caminando en las tinieblas. Si al compartir mis ideas,  alguien -uno solo- se beneficia con mis palabras- cumplí con mi propósito.
Para mí que el escribir es una herramienta de comunicación, no una profesión. Ha sido para tanto mí como para otros , muy sanador y por lo tanto seguiré escribiendo hasta que Dios quiera.
En este mundo de dicotomía siempre va a haber gente que lo quiere ver a uno surgir y gente que lo quiere ver a uno caer.
Sin embargo, como he dicho en blogs anteriores,” de niño a uno le hacen – de adulto uno se deja hacer”.
-“Qué suerte que tuviste de haber nacido en los sesenta”- me dijo un amigo el otro día, “hoy de fijo estarían dándote ritalina”.  Así es.  Efectivamente en la escuela era muy inquieta, curiosa según mi vocabulario.  Quería saber el por qué de muchas cosas, le pedía a los profesores que me explicaran, ya que  yo lo veía distinto. Lo definían como que yo los estaba cuestionando.  Si lo ponemos en esas palabras significa que se sentían amenazados con mis preguntas.  Tal vez,  porque no tenían las respuestas.
En muchos ambientes   pasaba lo mismo.  Así que el preguntar era cuestionar y por consecuencia… amenazar. Es más fácil y socialmente aceptado definirlo como molestar.  Con el tiempo se aprende a “callar”  para no molestar.  Como equilibrio natural se aprende a observar más detenidamente. Se aprende a escuchar entre líneas y especialmente a escuchar los silencios,  que como en la música,  los silencios son los elementos más reveladores. Son los que determinan las pausas, los suspiros, los suspensos.
Sorpresivamente y sin buscarlo en mi adultez, de repente me encontré en un ambiente que me preguntaban mi opinión y me escuchaban atentamente.  Me sentí por primera vez BIENVENIDA de verdad y paradójicamente fue cuando daba clases y compartía conocimiento en la cárcel de Puntarenas.
Es importante buscar y encontrar   ambientes en los que se puede hablar libremente y sentirse aceptado y bienvenido.  No siempre es fácil encontrar gente que esté en una frecuencia similar a la de uno y quiera compartir y escuchar, aún cuando piense diferente.

Por ejemplo, se podría visualizar de la siguiente manera.  Imagínense que   se han  estado sembrando semillas de sandía en las montañas frías  por años y no germinan y se trata de diferentes maneras y  definitivamente no germinan.  Podríamos pensar que las semillas no sirven o tienen algún problema.
Sí, efectivamente existe un problema pero no en las semillas.  El problema es que el terreno donde las están sembrando no es el apropiado.  Sin embargo, cuando las semillas son llevadas y sembradas en zona cálida germinan  fácilmente  y cosechan sandías grandes y dulces.
Muchas veces uno cree  que el problema es uno. En este trayecto de un ambiente a otro,   mucha gente se queda atrás, unos pocos  siguen  acompañando  y otros más aparecen y se suman a las aventuras.
Sin embargo, hace poco lo comentaba con una amiga cercana y muy acertadamente  me decía:
Interesante que en la vida tenemos que ir buscando brecha donde pertenecemos, donde encontramos el sentido de ser acogidos, valorados y verdaderamente apreciados, sin ataduras forzadas y muchas veces, no es lo que al principios nos dictó la vida.  Por eso tenemos que ser aventureros en nuestra propia vida, no conformistas de batallas perdidas pero siempre caminando de cara al infinito…  Salirnos de la opresión asfixiante de lo establecido nos hace volar”.
Así es.  Encontrar el terreno fértil de nuestro camino nos hace volar. Escribiendo he encontrado también terreno fértil y apropiado que acoge mi mensaje, el contenido de lo escrito y no tanto de la forma.
 Les invito a disfrutar del escribir como herramienta,  a ver otro punto de vista y a buscar vuestro propio terreno fértil.  Así cosechamos todos juntos y tenemos un mundo mejor.   
  


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