Constantemente escuchamos que hay que rodearse de
gente co
n buena vibra. Pero, ¿qué es buena vibra?
Para mí, tener buena vibra significa estar bien con
uno mismo, estar rodeado de gente que está bien consigo misma. El punto de referencia si se está bien o mal,
es su propia vida y no está definida por los demás.
Las personas con buena vibra se alegran cuando uno
está bien, nos desean lo mejor desde el corazón, se acercan a uno como
compañeros de camino, para aprender y enseñarnos mutuamente, para compartir.
Las personas con buena vibra nos acogen como somos,
sin juzgarnos. Nos valoran y nos aprecian
sin tratar de cambiarnos.
La gente con buena vibra es la que disfruta compartir,
en vez de competir. Nos ayuda cuando necesitamos dejando su ego de costado,
sabiendo que al final todos ganamos estando ambos en una situación mejor que
cuando iniciamos.
Cuando nos asignan un puesto más alto en el trabajo o
la vida nos da algún reconocimiento, las personas con buena vibra se nos unen
con alegría y emoción, y no con resentimiento y envidia.
Las personas con buena vibra son aquellas que nos
explican por qué SÍ se pueden hacer las cosas, y en su vocabulario rara vez
escucharemos el “Sí, pero…”, pues para ellas no hay peros que valgan.
Por el contrario, aquellas personas que prefieren
verlo a uno caer porque “así no tiene más que yo” o aquellas que consciente o
inconscientemente “serruchan pisos” y se alimentan del mal ajeno …pues no son
de tan buena vibra.
Son esas mismas personas, las que en su actitud de
vida le explican por qué NO se puede, sin darse ni siquiera cuenta que ellos
mismos son los se están poniendo obstáculos para no poder.
Cuando uno se enfoca en lo negativo y en el por qué
no, para poder llegar al por qué sí- tiene que trabajar e invertir
toda su energía primero en superar todas las razones que se dio del por qué no.
Por ejemplo, si para llegar a su destino tuviesen dos
caminos a escoger: uno listo y asfaltado
y otro con huecos y grandes piedras, siempre escogen caminar por el segundo.
Esto significa que para llegar, primero tienen que quitar las piedras,
rellenar los huecos, luego asfaltar para poder pasar, mientras que el primer
camino ya está listo para poder andar.
Entonces, ¿cuál camino es más ágil y más fácil?
Cuando mis hijas eran chiquititas empezaban a quejarse que hay mucho que hacer o
estudiar, siempre escuchaban de mí: “no gaste la energía quejándose y
protestando porque igual lo va a tener que hacer. Invierta la energía
haciéndolo - ¡disfrute y ya!”
Y hoy agrego: “Búsquele el lado positivo, disfrute y
hágalo bien a la primera pues se gasta la misma energía haciéndolo mal que
haciéndolo bien. Si lo va a tener que hacer otra vez, va a gastar doble
energía.”
Con la gente de buena vibra, el enfoque está en el SÍ,
en lo bueno que hay en cada situación, en el medio vaso lleno. Su mente está
entrenada para ver el punto de vista de beneficio y no de sacrificio.
Con la gente de buena vibra, la energía fluye, todo
está en armonía y todo es más eficiente y ameno. El enfoque está en la solución
y no en el conflicto.
Cuando se trabaja en grupo y hay buena vibra, no
importa quién lo hace porque al final todos se benefician. Por ejemplo, en un equipo de fútbol o de basketball, debe de haber
buena vibra entre todos para que puedan jugar correctamente. Pero, por el
contrario, si uno de los integrantes es egoísta y busca el beneficio propio (porque digamos que quiere ser la estrella) perjudica a todo el equipo y en vez de ser la estrella-
se estrellan. Crea mala vibra y todos se
perjudican.
Así que, ¿es usted de buena
vibra?
Si la respuesta es SI, lo felicito.
Si la respuesta es no tan buena vibra, lo invito a
cambiar de actitud para que la vida le sea más amena, próspera y placentera. Encontrará
menos amargura, envidia, enojo y frustración. Le propongo que escoja el camino
asfaltado y con menos piedras y que se enfoque en el cómo sí se puede; en
alegrarse del bien de los demás porque hay para todos. Le sugiero que el punto de referencia sea
quién es usted hoy en comparación de quién era usted ayer. Así podrá ver cuánto ha caminado en esta vida
y cuánto se ha superado.
Cuando uno se acerca con amor a los que saben o tienen
más con la actitud de aprender y compartir, automáticamente uno se abre al
bien, al estar mejor y se supera. Y, cuando
uno busca la superación personal, con quien uno compite es con uno mismo.
Si lo que quiere y busca en esta vida es un mundo
ameno en donde pueda disfrutar y
sentirse a gusto, hágase de buena vibra y fluya. ¡Sonríale a la vida y verá cómo la vida se lo
agradecerá y se lo retribuirá!
No me crea. ¡Pruébelo!
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